lunes, 12 de noviembre de 2018

Escena random no. 2

Y jugando a la botella, algo borracha,  con la mente en la nada, me toca besar a este muchacho que aunque es realmente sexy,  no recuerdo su nombre.
Me voy acercando al centro gateando para colapsar nuestras bocas. Mi celular suena e inconscientemente lo saco de mis shorts y respondo sin siquiera  ver quien es, igual mi borrachera me empaña la visión.
-Alo?
-Si lo besas, estarás en serios problemas. 
-Ven a detenerme.
Cierro mi teléfono y lo vuelvo a guardar. - ¿y este quien se cree? - pienso para mi misma. Los chicos del circulo dicen que nos besemos ya para seguir el juego, y pués como si nunca hubiese escuchado esa llamada,  me sigo acercando, cuando alguien se para frente a mi, en medio del chico sin nombre y yo.  
Con solo mirar sus zapatillas sé quien es,  alzo la mirada y ahí esta mirándome como si quisiera matarme mientras me tiende la mano y por un momento se paraliza el mundo,  el bullicio se hace sordo a mis oídos. Y le doy la mano mientras trato de pararme sin caer.
Me arrastra lejos de la perdición, a un lugar oscuro, donde no puedo ver sus ojos ni el los míos. 
Me arrincona contra una pared, mientras presiona mis muñecas por encima de mi cabeza. 
-¿Qué estás tratando de hacer? 
-¿Nada? - sonrio,  aunque creo que no puede verme. 
-Maldita borracha.  - lo dice mientras suspira. 
-Pero soy tú maldita borracha. - está vez mi tono es más serio. 
-Me estás volviendo loco Anna. 
-Pensé que ya lo estabas Noah. - trato de acercarme a su cara pero mis manos siguen por encima de mi cabeza y es jodidamente dificil en esta posición. 
-¿Me puedes soltar por favor? -sorprendentemente lo hace. Coloco mis manos en sus mejillas pero enseguida me las toma y las retira.
-Noah estos juegos no me van, o es un "sí" o es un "no", no me gustan los "tal vez". 
- Creo que se me nota a kilómetros que te quiero tener a centímetros. ¿Pero no entiendes verdad? No entiendes que me encabrona que estuvieras a punto de besar a otro bastardo que no soy yo, que te emborraches con alguien que no soy yo... -
No sabía que responder,  solo veía como esta hermosa criatura me expresaba lo que sentía por primera vez en su puta vida, con ojos inyectados de enojado, con su cuerpo tensado. - 
-Yo...  - y entonces me besó y me desvanecí. -

miércoles, 3 de enero de 2018

Perro negro.

Estamos esperando el ascensor, las puertas se abren y  entramos,  miras el espejo fijamente y veo como dejas de existir, tú escencia se evapora, tu máscara ya no está,  solo estas tú mirando tu reflejo,  el tú real,  el tú que sufre,  el tú que lloras.  Te vuelves a poner la máscara y me miras,  me miras y me sonríes,  pero tus ojos te delatan,  delatan tu perro negro.  Algo en mi alma se quiebra, me lástima, me dueles,  me dueles tanto que me quema.  Tus demonios se aferran a los míos.  Te miro,  pero no tal vez como esperabas,  mi ceño está fruncido y de mis ojos corren lágrimas,  das un paso en falso hacia atrás y si el metal del elevador no estuviese ahí estoy segura de que hubieras caído.  Me acerco a tí vacilante, arrastrando los pies,  los siento tan pesados, y mi respiración se siente necesitada de oxígeno.  Me acerco a tí y y mis manos automáticamente ocultan tus ojos trás ellas.  Las retiras con cara de estupefacción,  y sé que tus ojos hay un signo de interrogación . Pero vuelvo a taparlos y me acerco a tu oído, no me alegro de muchas cosas en esta vida, peeo hoy me siento feliz de usar tacones.
Con un hilo de voz, de mis labios logra salir.
- Yo existo. 
- ¿Qué? -tu voz suena confundida-.
- No sufras solo, yo existo. -no pude evitar llorar-. 
Agarras mis muñecas y lentamente las bajas para poder ver,  pero mi cara está enterrada en tu hombro.  
-yo... -hubo una larga pausa- yo,  no pensé,  no sabía.... Mi verdadero yo no es agradable,  tengo miedo de que lo conozcas, me aterra que lo quieras conocer. -terminó por decir y me abrazó, de esos abrazos tan fuertes que pueden volver a unir un corazón hecho trizas.- 

miércoles, 27 de abril de 2016

Somos tres.

"No te quiero" dijo, con sus ojos negros como la noche mirando fijamente mi cara, aunque me miraba, se sentí que miraba a través de mi, como si yo fuera transparente, como si yo no existiera.
-No te quiero Amelie, ni nunca te quise, pequeña criatura ignorante.
Su voz se sentía como un iceberg que estaba a punto de hundir un barco con su roce. Yo estaba ahí, mirándolo, pero mis pensamientos se hallaban vagando en un laberinto sin salida. Qué me acaba de decir? Qué nunca me quiso? Qué?
-Nunca?
Apenas mi voz se escuchaba, mis ojos se sienten como si un río esta a punto de desbordarse, ahora no maldición, ni se te ocurra llorar Amelie, pero muy tarde, una lagrima estaba llegando a la comisura de mi boca. Y él, bastardo de Alan esbozo una sonrisa, el muy cínico se atreve a sonreír.
-Ay Amelie, ese es el problema con los humanos, se sienten tan insignificantes, que necesitan sentirse queridos por alguien, están tan sedientes de amor que no pueden notar cuando alguien los quiere o cuando solo lo hacen a cambio de algo?
-A cambio de algo? Y que quieres tu de mi ?
Se rió de tal forma que me dio escalofríos, había algo en su mirada que nunca había visto, emanaba enojo, se acerco a mi, cada vez que daba un paso a mi, yo retrocedía, hasta que llegue a la pared. El coloco sus manos en la pared entre mi cabeza, bajo la cabeza para verme, yo desvíe la mirada e intente escapar, pero el agarro mi muñeca y volvió a colocarme en la misma posición pero esta vez mi brazo estaba pegado contra la pared, a nivel de mis hombros.
-Que carajos quieres de mi maldita sea!. Grite
El ladeo la cabeza y se acerco a mi cuello, pude sentir su respiración, se sentía como una brisa fría de invierno. Me erizo la piel. Como quiero a este imbecil, eso fue lo único que cruzo por mi cabeza. Me beso el cuello.
-ALAAN, déjame ir maldito imbecil.
Ya me estaba empezando a enojar. Alan me miro con asombro, y su cara se oscureció.
-Que te hace pensar que soy Alan? No me llamo Alan, deja de pronunciar ese maldito nombre, como lo odio joder!.
Yo estaba, estaba en shock, no me digan que Alan tiene un hermano gemelo y recién me entero. Pero no, era Alan, era él, lo sé, su lunar sigue entando del lado derecho cerca de su labio superior.
-Soy.....
De repente me suelta y comienza a agarrarse la cabeza y a gritar como si algo de verdad le duele. Yo no se que hacer,  no se si acercarme, si quedarme mirando o huir, pero esa ultima opción no esta dentro de mis posibilidades, ya que mis pies no dan señales de movimiento.
-Amelie.
Pronuncio mi nombre tan bajo que apenas lo oí, seguido de un sonido hueco de su cabeza chocando el pavimento. Mi corazón deja de latir por un momento, me acerco lo mas rápido que puedo para comprobar que aun respira y lo hace, prosigo a quitarle el cabello de la cara, cuando de repente me agarra la mano.
-Amelie, te dije que nunca vengas a mi casa de noche, maldita sea.
Me haló la mano, de modo que me aproximó a su cuerpo y me abraza y ahí, entendí todo.
-Alan?

Escena random. no.1

-Seis meses antes.-
Caminando hacia mi trabajo, vi un muchacho, ahí, parado en medio de la multitud, intentando abrir una botella y no lo pude evitar, en serio que no pude, me acerque, le quite la botella de las mano~si así de loca estoy~, la abrí y dije, -De nada. El se me quedo mirando como si yo fuera una especie rara en extinción y de repente me comenzaron a sudar las manos, trate de actuar lo mas natural posible, di media vuelta y seguí caminando. El solo se quedo ahí parado digiriendo lo que había acabado de pasar, hasta que me gritó
-Oye, alto ahí!. 
Mis piernas pararon sin obedecer a mi cerebro, su voz, rayos que maldita voz, era tan ronca, masculina, no se, sexy. El se acerco con pasos calmados y procedió a preguntar
 -Nos conocemos? ~No pude oír su pregunta, ya que sus putos ojos cautivaron toda mi atención, eran ojos café de esos que te ocasionan adicción~.
 -Disculpa ¿Qué dijiste?
 -¿Qué si nos conocemos? Presiento que te he visto en algún lado.
-Pues, probablemente te has equivocado de persona, yo nunca olvido una cara.
~El muy desgraciado sonríe, Dios este tipo está demasiado bueno, es en lo único que pienso~
-Bueno supongo que ya no olvidaras mi cara. ¿Como te llamas?
-¿Y como para que necesitas saber mi nombre?. 
~Su sonrisa casi me desconcentra por un momento, por muy lindo que sea sigue siendo un desconocido, quien sabe y es un ladrón de órganos y solo me coquetea para llevarme a algún callejón y extirparme los sesos, bueno ok creo que el café me ha puesto el cerebro un poquito energético.~
-¿Entonces cuando me des tu numero como te pongo? ¿"La loca de la calle"? o ¿la destapadora de  botellas? o ¿la invasora de privacidad? o...
-Ok, ya entendí, me llamo ANNA, y no, no te daré mi numero ~chico sexy de traje~ desconocido que no puede abrir una simple botella de agua.
-JAA, entonces tu andas por las calles ayudando a todo aquel que no puedo abrir su botella de agua, entiendo, interesante ocupación, senorita Anna. Y por cierto yo soy Thomas, un placer.
-Ok caballero Thomas, ya me tengo que ir, y para la próxima solo tenias que decir gracias.
Di media vuelta y me fui, por un instante jure que intentaría detenerme para conseguir mi numero, pero cuando di la vuelta ya había desaparecido en la multitud, el estupido mister sexy, ni se tomo la molestia de detenerme, ¿qué les pasa a estos hombres?.

El día transcurrió como suero de miel, ya casi terminaba mi turno, y solo para que sepan trabajo como bailarina exótica en un club de hombres, ok, eso no es cierto, bailo igual de sexy que miley cyrus, así que ya se pueden hacer una idea. En realidad, soy camarera en un coffee shop, a veces el maldito pervertido de mi jefe me obliga a hacer cosplay, en serio que si no necesitara el dinero ya lo hubiera asesinado torturandolo en un juego macabro estilo saw.
Cuando estoy a punto de cerrar, entra lo que aparenta ser el último cliente, un muchacho, alto, no muy corpulento pero tampoco se puede decir que es flaco, con el cabello negro un poco mas largo de lo usual, si se peinara como emo definitivamente le cubriría los ojos, con su traje gris, sus ojos café y su maldita encantadora y seductora sonrisa.
-Hola Anna, te dije que te había visto en algún sitio.